Un recorrido de 3.5 kilómetros desde el camino de plantaciones hasta el sendero natural El Charco, fue la ruta trazada por miembros del Directorio de Policía Nacional en celebración del primer aniversario de la Dirección Nacional de Policía Ecológica (DINPE).

Durante este recorrido los participantes apreciaron una muestra representativa del bosque tropical que alberga el Parque Nacional Soberanía.

Cumplida la meta, disfrutaron de un ameno desayuno en la hermosa caída de agua de El Charco, rincón natural bordeado por el río Sardinilla, que está dentro del parque Soberanía, en dirección hacia la comunidad de Gamboa a orillas del Canal de Panamá.

Y es precisamente, contribuir a proteger este patrimonio natural una de las tareas de la Policía Ecológica que en coordinación con la Autoridad Nacional de Medio Ambiente, patrullan  una extensión de 22 mil 104 hectáreas, donde viven más de 100 especies de animales y  una variedad de mil 300 especies de plantas.

La comisionada y jefa de la Dirección Nacional de Policía Ecológica, Elsa Garzón dijo que además de conocer este parque a través del senderismo ecológico, también es afianzar el trabajo en equipo.  

Garzón destacó la importancia de trabajar conjuntamente con la comunidad para la preservación de este santuario que anualmente atrae a excursionistas nacionales y extranjeros, además de otras áreas protegidas de la geografía panameña. Las unidades de DINPE también dictan charlas en escuelas y comunidades donde se les enseña a los niños y adultos a cuidar y convivir con la naturaleza.

Aunque tienen más de 20 años de existencia al servicio del medio ambiente, la Policía Ecológica cumple un año de ser una dirección, a lo que se ha destinado más recursos y capacitaciones para el fortalecimiento de su labor de proteger la flora y fauna de nuestro país.

Los policías ecológicos debidamente capacitados patrullan vía terrestre y acuática las áreas protegidas en conjunto con diferentes organismos gubernamentales y no gubernamentales, buscando minimizar la caza ilegal, tala indiscriminada, la contaminación de las aguas, quemas y  el rescate de especies en extinción.

También supervisan que el público no tire desechos en las áreas protegidas, teniendo en cuenta que existen materiales que no son biodegradables y que alteran el equilibro ecológico de la zona.